Al trozo modo

Al trozo modo

La construcción de un hotel no es noticia en ningún lugar del mundo. Ni siquiera en Cuba lo había sido antes. Sin embargo, la construcción de la torre en medio de El Vedado habanero parece ser un mal parto. Ha empezado mal y no parece ir a mejor.

No voy a hablar ahora de todo lo que sabemos, del irrespeto a las leyes urbanísticas, del uso de materiales equivocados, de la contratación de proyectos extranjeros en detrimento de profesionales locales, del disparate económico que representa, sino literalmente de “el parto” pues he visto esta foto hoy y como arquitecto, no me queda más remedio que señalar los puntos oscuros de esta construcción.

Y cuando digo puntos oscuros hablo en sentido literal. Simplemente hagamos zoom en la foto y miremos los puntos oscuros.

Analicemos la superficie del hormigón recién vertido. Veamos ese gran parche sobre la viga en el tercer nivel. Contemplemos después la sucesión de puntos oscuros que contrastan sobre el hormigón más claro en la pared más cercana en la foto. No, eso no es una obra de arte sino “cucarachas”, lugares a los que por falta de vibración, la masa de hormigón no llegó y quedaron oquedades en su superficie. La reparación es costosa y requiere de materiales y resinas especiales si se hace bien. Lo malo de las cucarachas es que solo puedes “tapar” los huecos que quedaron a la vista, sobre la superficie. Pero ¿Y los que no se ven? ¿Las que quedaron en medio del hormigón? Bien, gracias.

Pongamos atención ahora a los bordes y uniones entre elementos. Nuevamente el color es otro. Delata un segundo vertido de hormigón para corregir el fallo del primero.

La torre se eleva y hay una clara división en la pared de la fachada. Esto no es un problema en sí, si se hace bien. Doy por sentado que han hecho lo correcto, sellado la junta y siguieron creciendo. De todos modos, a simple vista la calidad de terminación de la superficie de esa pared ciega no es buena. Las luces y las sombras en una pared vertical son siempre señal de que algo no fue según lo planeado. Ya dirá alguien que va a ser revestida y no se ve, pero no deja de ser una mala calidad del vertido, un hacer las cosas “al trozo modo”.

Ya haz quien me ha dicho que solo veo las manchas negras. Y tiene razón porque precisamente en los edificios las manchas oscuras son señales de que las cosas no se hicieron bien. O si se quiere veámoslo así: Es una contradicción que el edificio no haya llegado aún a su máxima altura y ya haya tenido que ser reparado. ¿Comprarías para tí un traje nuevo con un parche en el fondillo aunque no se vea?

Por último miremos de arriba a abajo el edificio. Ahora de abajo arriba. Mírenlo otra vez. ¿Qué ven?

Los ojos no acostumbrados dirán: ¡No veo nada!
Peor aún, es que el ojo entrenado dirá: ¡Yo tampoco veo nada! Y ese señoras y señores, es el mayor problema.

¿Alguien ha oído hablar de las leyes de Protección e Higiene del trabajo? En Cuba existen, están escritas y son de obligatorio cumplimiento ¿Dónde están las protecciones y señalizaciones con los colores correspondientes para los trabajadores? ¿Por qué se colocan solamente una malla en los pisos altos y no en todo el edificio como corresponde y prevén las normas cubanas? ¿Hay que esperar a que alguien caiga al vacío para lamentar la pérdida, culpar al bloqueo y prometer una investigación de algo que se ve a simple vista antes de que pase?

¿Dónde está la protección a los transeúntes, edificios colindantes y la ciudad? ¿Recuerdan la protección de transeúntes aplastada en el restaurante Moscú de solo dos o tres pisos de alto hace una semana? ¿Qué creen que pase si de manera accidental o intencional se desprende un ladrillo, una carretilla, un vagón y cae desde el piso 20 sobre la calle 23 encima de una guagua? ¿O si de pronto, como consecuencia de las lluvias de estos días se forma un vendaval y comienza a volar cemento y materiales sobre la ciudad?

No es el bloqueo o el destino. Un accidente es que un meteorito caiga precisamente en este planeta, que es uno entre millones. Como escribí hace poco, cuando un hotel vuela es consecuencia de la suma de muchas negligencias, de mal trabajo, de ignorar normas, procedimientos y leyes. Ya lo vimos en el Hotel Saratoga o el elevador que cayó en el Meliá Habana.

Sea por la rápida oxidación del acero debido a las cucarachas, la caída de un trabajador, un accidente mayor, o daños a terceros; un fiscal cubano con esa foto en la mano puede hacer le asegura al jefe de obra una larga estancia en la cárcel. Si no ha ocurrido ya y no ocurre en el futuro es porque Dios pone su mano.

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A modo de comparación, adiciono varias fotos de un edificio alto en construcción en Berlín para que se vea cómo se asegura el perímetro de un edificio alto en construcción.

  • Este edificio, es solo la mitad de alto del edificio de La Habana, en una manzana muy pequeña por tanto han tenido que tomar espacio sobre la vía pública.
  • Como ninguna construcción puede afectar el tráfico de la ciudad, han tenido que construir un paso a nivel, por debajo fluye el tráfico, encima la obra gana espacio para trabajar.
  • Fíjense el tamaño de los apoyos, el calibre de las vigas (en las que pongo mi mano) y compárenlo con el paso de transeúntes del hotel de 23 o el restaurante Moscú.
  • Fijense que todo el edificio absolutamente todo el edificio está forrado de andamios con barandas por donde los trabajadores pueden caminar con seguridad.
  • Encima han cubierto todo el andamio con una malla metálica de manera de proteger la vía pública y los edificios colindantes de posibles caídas de objetos o personas de manera accidental o premeditada. Incluso el polvo o cemento que pueda ser movido por el viento queda atrapado en gran parte en esa malla.
  • En casos extremos, se coloca incluso una valla publicitaria totalmente impermeable para proteger a los trabajadores de la lluvia, el viento o el frío.

Ninguno de estos materiales son de alta tecnología. Todos están al alcance de una obra de ese calibre en Cuba. Téngase en cuenta que se está construyendo un hotel 5 estrellas de 42 pisos de alto + más sótanos cuyo valor sobrepasará sin mucho esfuerzo los 55 o 60 millones de dólares (por lo bajito). Asegurar que no ocurran accidentes no sobrepasa el 1% del costo de la obra, pero puede asegurar vidas o daños a terceros. Además es mostrar respeto por la vida ajena y la propiedad ajena. Pero si eso no bastara, sería al menos para cumplir las leyes cubanas.

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