Cuba no está bien
Ahora que ganó Biden posiblemente vuelva a funcionar la Western Union y al fin podré mandarle dinero a mi familia porque Cuba no está bien.
Pero no quiero.
Esto no está bien. No es que no esté bien enviar dinero a mi familia sino que no quiero ser yo la única opción de una familia que trabaja. No está bien que tengan que pagar en dólares porque hasta los pesos se han ido de esa tierra.
No está bien ser una carga durante tantos años. Demasiados. Protagonistas del cuento del niño bobo en el Yuma, pero al revés. Quien piense que veinte años no es nada, que venga y tome mi lugar haciendo malabares para sobrevivir y encima que te griten ¡Dale negro, que tu puedes!
No solo cansa. Uno se encabrona cuando te dicen: ¡Cuba va bien, ponme una recarga anda!
Ayer me pagaron por primera vez un salario completo. Sobrevolé estos meses de confinamiento del Covid con la ayuda del estado, como esos aviones que vuelan sin motor; a merced del viento. Gracias a Dios estoy en Alemania y aquí soplan otros vientos. Pero la ayuda es para evitar el desastre, mi desastre, dice la Merkel. Que los otros -mis otros problemas- son problemas de Diaz-Canel.
He de confesar que mi cuenta y yo sentimos alivio por no enviar remesas estos meses. Ya rezaremos un par de ave Marías por la salvación de nuestras almas. Si es que me queda alma, dirán desde la isla. Pero ambos vamos rojos por la vida y ya no damos más.
Ayer, cuando me pagaron pasé por delante de una tienda y me compré un dulce. No sentí remordimiento. No está bien sentir remordimiento por usar el dinero que has ganado. Aunque después, cerré avergonzado la pantalla repleta de Amazon con el carrito de compras vacío y eso no está bien.
No está bien creer que robas a tu familia cuando usas tu salario o cuidarte de decir que te permitiste una cerveza o un segundo almuerzo. No está bien abstenerse de pedir otro plato y justificarlo con la dieta sólo porque sientes que no haces bien, que ellos, los que quedaron atrapados en la isla, harían lo mismo por ti si estuviesen en tu lugar.
No está bien pensar en Cuba como en el cautiverio del que soy el único prófugo y tener que dar gracias que así sea. ¡Y las doy cada día!
Confieso que secretamente, muy dentro de mi deseaba que Trump ganase las elecciones. Aún cuando nunca usé Western Union para enviar dinero, él me daba la coartada perfecta para que mi cuenta descansase por un tiempo. Y yo. Porque son veinte años en una sola dirección y uno se cansa.
Veinte, treinta, sesenta años resistir. Resistir no es saludable. Resistir el discurso oficial quiero decir.
Esperar un milagro no puede ser la propuesta del gobierno para salir de la crisis. Esperar que las condiciones cambien es el lento suicidio que estamos viviendo. Lo quieran o no los cubanos, los Estados Unidos están ahí y van a estar siempre. Cuba no solo tiene que aprender a sobrevivir con esa realidad sino que tiene que vivir. Vivir de verdad, sin recargas. La existencia pendiente de la caridad ajena no es vida y mucho menos digno.
Diaz-Canel: No está bien culpar a Estados Unidos y ya. ¡Busca una solución, cojone’!
Que pa’ eso están los gobiernos. Y si no sabes, pues no nos hagas perder el tiempo y busca a otro que sepa. Y si ese no sabe ya vendrán otros, hasta que aparezca un cubano con cerebro suficiente para desencallar este barco y llevarlo a puerto.
Maceo y Martí no se esquivaron en que los españoles eran muy malos.
Y no, no está bien enviar dinero a la familia en Cuba desde España para que compren puré de tomates cultivados en España mientras los campos de Cuba son lodazales. Cuba no está bien cuando envío dinero a mi hermano desde Alemania para que compre queso “Made in Germany” mientras meten preso a su vecino el guajiro, por el delito de hacer queso «Hecho en Cuba».
Cuba no está bien, no está nada bien que un gobierno haga planes con la ayuda de sus emigrados y para colmo proteste cuando esta no le llega.
Que la ayuda se agradece y está bien, pero es ayuda, es un extra que se envía voluntariamente a la familia. Pero no puede estar en los planes del estado. Mucho menos cuando Cuba produce menos que los Taínos que una vez la habitaron.
No pido a nadie que se levante en armas o que deshaga una revolución. Yo me fui. Porque de Cuba hay que irse. Yo ya gracias a dios, me fui.
Mi problema es que mis hermanos ya están muy viejos para dejar atrás aquel infierno y a mi no me queda otra que seguir compartiendo con los rehenes el dulce que compré ayer porque Cuba no está bien
Felicitaciones, leo sus escritos y ud convierte mis pensamientos en palabras. Cuanta verdad q los q están en Cuba no entienden y los q estamos fuera callamos.