Muero con honor
Y entonces cuando llego a casa encuentro mis plátanos en la basura. Esos que con tanta ilusión he guardado entre trapos durante una semana hasta que madurasen lo suficiente y freírlos como Dios manda.
Dicen que están malos y que puedo morir de no sé qué si consumo «frutas podridas» ☹️
Y he tenido en su defensa que proferir cojones y otros sustantivos de similar calibre, como hacen aquellos pardos venidos de una ínsula de cuyo nombre no quiero acordarme, para que no fueren destinados a comida de gusanos y otras especies.
Y habiendo ganado la contienda, heme aquí solo, presto a morir por un plato de plátanos fritos. Si no oyen más de mí, escribid mi historia para que vuestros descendientes y los míos sepan que morí de una «jartera»