The beginning of a beautiful friendship
Hemos coincidido en la misma parada de bus cada mañana por varios años ya. En todo ese tiempo no hemos cruzado una palabra, nuestra interacción se reduce a um saludo visual y un movimiento de cabeza casi imperceptible.
Ella casi siempre monta por una puerta y yo por la otra, ella permanece en la parte baja y yo ocupo el asiento que pone mi nombre en la parte alta. Desde allí puedo ver cuando se baja y la sigo con la mirada hasta que se pierde en la muchedumbre.
Hoy han fallado tres buses seguidos.
«Debe haber alguna huelga o estalló un volcán en la Polinesia. El servicio de buses deja mucho que desear» dije en voz alta con intención de entablar conversación.
Cuarenta minutos de espera son una eternidad en términos de puntualidad alemana.
— Al menos hoy no hace mucho calor — el clásico del small talk.
— Bueno, el calor no es algo que me golpee mucho viniendo de donde vengo*
*Estudios han demostrado que la palabra «Cuba» le baja las defensas a cualquier belleza europea y…
— Yo quería haber visitado la isla, pero ya eso es cosa del pasado — dijo en un idioma español de dulce acento.
— ?
— He oído demasiadas cosas de allá. No es la pobreza. Es la falta de derechos, los presos políticos. Demasiadas cosas malas going on there. Sorry, pero no tengo deseos de apoyar un estado policial con mi dinero.
— ?
— Y ese presidente de ustedes, ese que le dicen SINGAO. Sorry, no quería ser descortés.
— ¡Louis, I think this is the beginning of a beautiful friendship! 😀