Barcelona in crescendo.
A punto estaba de arrancar otra hoja del almanaque cuando mi jefe decidió aguarme la fiesta. Pero como no todo puede ser desgracias, hice mi maleta, tomé mi pasaporte y fui a parar bajo el sol de Barcelona.
Podría extenderme en reseñas de estilos, edificios y proporciones. O hablar de sus arquitectos más encumbrados, pero no encontraría a estas alturas algo que no haya sido dicho de la arquitectura de esa ciudad. Si lleno esto de adjetivos, Barcelona respondería con superlativos. Sobre todo porque en eso de mirarse el ombligo, los barceloneses nacen con ventaja.
Estudié arquitectura en Cuba en los 80, en la época en la que salir de la isla era cosa de suerte y de santos. Miraba el mundo exterior a través de libros de Historia de la Arquitectura que habían sido impresos artesanalmente en una fotocopiadora. De manera que las fotos en blanco y negro demandaban una imaginación titánica para identificar detalles. Como resultado, aprendí el contenido de memoria para los exámenes, interiormente tiré el art nouveau* al olvido y a otra cosa. Otra cosa eran el movimiento moderno y el postmoderno que además tenían la ventaja de llegarnos en fotos a colores en las revistas de arquitectura.
Por eso, aunque había leído un poco todos estos años, la obra de los arquitectos catalanes seguía siendo un espacio a llenar. Hablo en plural, aunque muchas de sus grandes obras se deban a un nombre. En estoos días he aprovechado cada oportunidad, cada puerta abierta para penetrar, a riesgo de buscarme un problema y he realizado fotos en casas cualquiera, de cualquier barrio, de cualquier arquitecto.
En mi larga lista de equívocos, también Gaudí me pareció sobrevalorado todos estos años. Han sido varios días de recorrer su obra que por alguna razón se fue mostrando in crescendo. Primero tímida, si se puede llamar así, en el Parque Güell, luego las casas Batlló y La Pedrera, El Palacio Güell, hasta terminar en su obra cumbre, La Sagrada Familia. No he tenido tiempo para más.
Esto me llevo de Barcelona:
En temas de arquitectura y urbanismo de todas las épocas no he visto ninguna ciudad que se le acerque ni de lejos en términos de calidad y cantidad. Ambos.
He visitado decenas de iglesias, templos, catedrales de todos los tamaños, estilos, materiales, corrientes arquitectónicas. La Sagrada Familia es el mejor edificio religioso de la historia de la humanidad.
Barcelona galería de imágenes
- Modernismo no es un término usado en la escuela en Cuba.
- El nivel de detalle en La Sagrada Familia, deja enanos a edificios religiosos diseñados por Le Corbusier y Niemeyer.
- He logrado hablar de la obra de Antonio Gaudí sin llamarla “Obra Gaudiniana”. Se debe honrar a la obra, no al hombre.
- Más adelante, para los aficionados o estudiantes de arquitectura, detalles más técnicos.
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