Árbol que crece torcido

Árbol que crece torcido

Es posible que no haya en la historia de la humanidad pueblo que haya torcido tantas prioridades, derechos y responsabilidades por causa del aislamiento del mundo exterior como el cubano.

Tal afirmación puede parecer exagerada o no dependiendo de cuánto se conozca el espíritu nacional. Porque en eso de exagerar los cubanos sentamos cátedra. Alguien pudiera pensar aún que los norcoreanos por sufrir un aislamiento más severo, nos llevarían ventaja, pero dudo que eso torcer la realidad vaya con el pragmatismo asiático.

Y esto no es una crítica a los cubanos del lado de adentro del malecón. He visto casos tristes de este lado también. Yo mismo, por ejemplo, cuando era aún nuevo en esto de andar el mundo y traía mis conceptos mal puestos dentro de la cabeza, presioné a mi jefe en Singapur con irme a fin de mes si no adoptaba mi concepción del mundo.

«No esperes tanto- respondió- recoge y vete ahora mismo”.

Y así, en un abrir y cerrar de ojos perdí probablemente el mejor empleo que haya tenido en mi vida. Fue una manera drástica de aprender de un tirón que los derechos vienen acompañados siempre de obligaciones, que las cosas hay que ganárselas, que nadie te debe nada, que cuando alguien te dice “No” está haciendo uso de sus derechos que no son menos que los tuyos, que las cosas hay que pedirlas siempre con diplomacia y un montón de cosas más.

Hace un par de semanas, ante mi negativa de prestarle y mucho menos regalarle 5000 euros para hacer un negocio en la isla, un pariente me respondió molesto: “Ok, Gracias. Ya buscaré yo la manera de sacar adelante a mis hijos”. Más allá del incidente de pedir limosna con escopeta, fue en lo único que coincidimos: la responsabilidad de sus hijos es suya, no mía por muy parientes que seamos.

Para cualquier ser humano normal este molesto incidente habría terminado allí, pero no estoy seguro de sea el caso pues pocos días después, recibí un mensaje sin introducción. Solo una captura de pantalla que mostraba la más reciente promoción de ETECSA por el día de los enamorados y un escueto: “Supongo que no me puedes ayudar con esto tampoco”.

Pero en la competencia de mensajes cortos yo gané: “No”

Podría poner mil ejemplos de extorsión sentimental desde la isla. Pero sé que casi cada uno de quienes me leen han estado alguna vez en uno u otro lado de este tipo de porfía.

No es un caso aislado y no puede ser de otra manera cuando esa actitud pedigüeña es también institucional. Cuando el mismo estado por un lado criminaliza el trabajo y por el otro anima a los ciudadanos a vivir de limosnas:

“Pidan dinero a sus familiares en el extranjero, pídanle para el teléfono, pidan también para el aceite, pidan para el pollo y para las medicinas, pidan para la leche. Pidan, pidan, pidan”.

“Pidan y si les dicen no, ya el ministro de relaciones exteriores protestará enérgicamente”.

Hoy el gobierno hace una cruzada por garantizar la manutención de los niños cuyos padres están en el extranjero y pudiera parecer auténtico humanismo. Pero ¿no es acaso el gobierno el causante de que miles de niños no vean a sus padres prohibiendo la entrada de estos últimos a la isla? ¿El dinero sí, el papá no?

concepto torcido - y los de dentro de Cuba
concepto torcido – y los de dentro de Cuba

Como dije, muchas cosas están torcidas en la isla. Hoy por ejemplo veo a cubanos que llegan al extremo de exigir a la embajada de Costa Rica visas para salir de Cuba. Dije bien EXIGIR. Como si Costa Rica o cualquier otro país tuviese obligación con los cubanos.

Y no me entiendan mal. Yo estoy convencido de que vivir en Cuba no vale la pena, que abandonarlo debía ser un derecho humano. Solo quería recordarles a mis connacionales que hasta para abandonar un barco que se hunde la decencia impone límites.

Busquen la manera de irse sin poner al descubierto los harapos que llevan dentro. O nadie los va a aceptar en casa ajena. Exigir, disparar contra el blanco equivocado puede cerrarle muchas puertas.

Porque de hecho al único que hay que exigirle es a Diaz-Canel y dudo mucho que quienes promueven esta exigencia hoy estuviesen en la calle el día 11 de Julio. Porque para eso habría que estar hecho dd otra madera.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

About:

Árbol que crece torcido

Categoría: Blog, Cuba, Opinión