Ministra: mendicidad para vivir bien
Disfrazados de mendigos = Ministra disfrazada de cinismo
Recientemente, la ministra de Trabajo y Seguridad Social de Cuba —en un acto que bien podría calificarse como un insulto a la inteligencia colectiva del país— ha declarado públicamente que en Cuba no hay mendigos. Que las personas que hurgan en la basura para buscar algo que comer o vender adoptan este estilo de vida como acceso a una “vida fácil”, y que lo hacen, entre otras razones, para evadir impuestos.
Una declaración así no merece simple indignación. Merece análisis, confrontación y memoria.
Desconexión total del poder con la realidad
Esta afirmación no solo revela una ignorancia profunda sobre la realidad del cubano de a pie, sino que confirma lo que desde hace tiempo es evidente: quienes gobiernan Cuba viven en una burbuja de privilegios, ajenos al costo real de la vida, al hambre, a la desesperación. Hablan de pobreza como quien habla de ficción. Y lo peor: lo hacen con el cinismo de quien jamás ha tenido que decidir entre desayunar o almorzar.
¿Disfrazarse de mendigo para vivir bien?
En cualquier país mínimamente funcional, un ministro que dice que mendigar es un camino hacia una vida fácil habría sido destituido al día siguiente por ofender la dignidad de millones. En Cuba, en cambio, estas palabras son reproducidas sin pudor en los canales estatales. ¿Cómo puede alguien afirmar que escarbar en un basurero es una forma de evitar el trabajo, de acceder a algún tipo de privilegio? ¿Qué clase de país es este, donde no se finge ser médico o ingeniero para progresar, sino mendigo para sobrevivir?
La mendicidad en Cuba no se elimina con declaraciones
Negar la existencia de la mendicidad no hace que desaparezcan los mendigos. Borrar el término no borra los cuerpos hambrientos, ni los rostros desesperados que uno encuentra hoy en cada esquina, parque o terminal del país. El problema no es semántico: es estructural. Un Estado que no garantiza lo básico para vivir con dignidad, pero criminaliza o ridiculiza a quienes buscan alternativas, es un Estado fallido moral y socialmente.
¿Qué es ser mendigo en Cuba?
En un país donde el salario medio apenas alcanza para sobrevivir una semana, donde el acceso a alimentos, medicinas, transporte y conexión a Internet depende de remesas del extranjero, ¿quién no mendiga de alguna forma? ¿Es menos mendigo el que rebusca comida en la basura que el que pide dólares por WhatsApp para comprar un cartón de huevos?
No, señora ministra: la mendicidad en Cuba tiene múltiples rostros. Algunos piden en las calles. Otros piden en línea. Algunos se esconden bajo el disfraz de la «resistencia creativa». Otros lo hacen frente a un micrófono, mendigando sentido común y credibilidad.
El problema no son los mendigos. Es el modelo que los fabrica.
Lo que usted llama “vida fácil” es en realidad el resultado extremo de un sistema que ha fracasado. Un país donde la pobreza extrema es tratada como elección personal y no como consecuencia de décadas de políticas ineficaces y represión económica, no va hacia el progreso, sino al colapso.
Y mientras sigan gobernando con desprecio por la dignidad humana, los basureros seguirán siendo fuente de subsistencia para quienes no tienen otro lugar donde buscar.
¿Hasta cuándo?


