Cura de caballo – Bulgogi Ramen
Hoy me sentí mal por primera vez en muchos años y pedí permiso para irme a casa. De camino, le envié un mensaje a mis hijos:
— Papá se siente enfermo — y ellos respondieron con emoticonos de risa.
“Los hombres duros no conocen enfermedades”, siempre les he dicho medio en broma medio en serio. Nunca me han visto enfermo en sus 18 años.
Cuando llegué a la estación de metro, recordé a mi padre. Nunca vi a mi padre enfermo en los 35 años que viví a su lado. Murió de 94 años sin dolor, de camino a hacer las compras cayó redondo, sin decir ni “¡Ay!”. Como si lo hubiesen apagado.
Mi viejo me dijo un día: “Soy tan pobre que solo te puedo dejar salud” y cumplió su palabra. He estado décadas saludable. Pero al parecer los años no pasan por gusto.
Mientras esperaba el tren recordé que de niño teníamos gallinas en el patio. Bastaba que yo dijera “me siento mal” para que él saliera al patio, agarrara la primera gallina que pasara por su lado y terminaba en la cazuela. Ni siquiera me preguntaba la dolencia. Podía ser asma, un brazo partido o cagalera. Para mi padre una sopa de pollo curaba todos los males.
Y fue así que impulsado en este recuerdo tomé el tren en dirección contraria. Allá, casi llegando a la antigua frontera este del Berlín occidental hay un restaurante coreano que hace unas sopas que levantan un muerto, la Bulgogi Ramen.
Con la segunda cucharada mi nariz se abrió y el aroma me llenó los pulmones. Luego sentí el picante en la garganta como un soplete fajado con cuanta bacteria, virus y bicho se cruzó en su camino. Antes de terminar el plato, ya me había quitado el saco y la camisa estaba empapada de sudor.
Cualquiera en mi lugar habría ido al médico y se habría metido en cama al menos una semana lanzando gemidos y tomando cócteles de pastillas. No es que desee ir a trabajar bajo cualquier circunstancia, pero no puedo darme el lujo de enfermarme, no en este momento. Así, como me enseñó mi padre, hay que luchar contra la enfermedad antes de que te tumbe. Poner el parche antes de que salga el grano.
Salí nuevo de allí. Lo mejor es que puedo repetir tantas dosis de Bulgogi Ramen como desee. No tiene contra indicaciones.
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Me encantan estas historias…