Con su carita e pasaporte
A propósito de las rebajas en Cuba, aprovecho para anunciar el próximo estreno de mi más reciente libro que he titulado «El pasapena», donde cuento mil y una anécdotas, cómicas unas y otras no tanto, vividas por mí gracias al documento de viaje cubano que los mercachifles de aquella isla, de cuyo nombre no quiero acordarme, insisten en llamar pasaporte.
En el se narran, por ejemplo, cuando en el aeropuerto de Tirana, Albania sospecharon que yo intentaba quedarme en aquel país. No les importó que yo llegaba desde Berlín, o sea en dirección contraria! – ¡Sí, pero ese pasaporte! dijo el militar antes de cerrar la puerta tras de mi.
O cuando en mi primer viaje a USA en la fila para atravesar la frontera se formó un salpafuera por cuenta de unos documentos falsos y yo me cagué de miedo. Literalmente. Llegado mi turno, el oficial tomó mi pasaporte rojo, recién estrenado, miró la foto y luego a mí.
— Purpose of your visit Sir?
— Pleasure»
Estampó un cuño y dijo:
— «Welcome to the United States».
Pasada la línea que separa el suelo americano del resto del mundo lo primero que hizo nuestro héroe fue ir al baño.
No podía faltar la escena en que el protagonista, quien llevaba varios meses en paro, llega al consulado de Berlín a renovar el pasaporte azul, a pesar de tener uno rojo, para ir al entierro de su padre y allí le informan que debe pagar no una sino dos prórrogas de un palo. «Pero yo solo lo usé hace cuatro años para ir a Cuba y no he vuelto más» protesta. «¿Para qué necesito pagar la prórroga de hace dos años?» Así fue, estimados lectores, que se hizo el primer video-entierro de la historia.
No puede ser mejor el momento del lanzamiento de este libro pues Diaz-Canel con su «carita e pasaporte» anuncia rebajas. Te llevas un pasaporte azul a casa por solo 180USD/EUR o lo que tengáis a mano, que el turismo no levanta, el bloqueo está difícil y la Machi traga por dos.
A quien le interese ya sabe. Pero me temo que con ese precio que triplica el precio del pasaporte alemán, va a tener que venir Diaz-Canel personalmente en persona a convencer a los cubanos que regresen al barracón.
Conmigo lo tiene difícil, yo soy negro liberto.