Limones: la base de todo
Encontré estos limones ayer en la sección de vegetales de un supermercado en Berlin. Rodeado de mil otras marcas, tamaños, colores y envases. Por supuesto fue el nombre lo que me llamó la atención.
Para los alemanes que todo lo clasifican, parametrizan y lo normalizan existen al menos dos tipos de limones: Limetten (los llamados criollos, verdes, chiquitos) y Zitronen (los más grandes y amarillos). Para ellos, los limones criollos no sirven para otra cosa que para preparar tragos y cocteles.
El «Limette» se asocia al «Ron Havana Club» o como pueden ver en la etiqueta, con verdadero sentimiento cubano (Echtes Cuba Feeling») y con «Cuba Libre». Cualquier vendedor de estos limones no tendrá reparo en colocar en su etiqueta la receta del Cuba Libre y previo acuerdo por supuesto incluir además el logo de la marca Havana Club.
Es decir que Cuba tiene un mercado natural de limones aquí en Alemania. Un mercado regalado en el que no necesita siquiera hacer publicidad porque le pertenece casi por derecho propio.
El detalle triste de esta historia es que no son limones cubanos sino de VietNam, como pueden ver en la etiqueta. Los vietnamitas están exactamente a la misma distancia de Berlin que Cuba, ellos producen y cubren este mercado porque la economía cubana es incapaz de posicionarse en un mercado en el que no tiene competencia por una sencilla razón: En Cuba no hay limones.
Claro que alguien podría tratar de justificar esta ausencia con el bloqueo, pero en la misma etiqueta que tengo en mi mano se anuncia un producto cubano, el Ron Havana Club y frente a mi en Berlin tengo un anaquel lleno de botellas de ese ron.