Nikolaiviertel

¿Te ha pasado que llegas a recoger a tu hijo a un evento y la espera se alarga un par de horas más? Ayer por ejemplo, podía perder el tiempo en la cafetería del estadio o irme a deambular y redescubrir el centro. Gracias a Dios hice lo segundo.

Básicamente descubrir algo nuevo en el mismo centro de la capital es como descubrir el mediterráneo. La Alexanderplatz es a Berlín como la torre Eiffel a París o el Coliseo a Roma. Es el lugar por excelencia donde los turistas se hacen selfies y la torre de televisión es posiblemente el edificio más fotografiado de la ciudad.

Sin embargo, puedes vivir aquí 20 años pero esta ciudad está tan llena de historia que siempre vas a descubrir algo que no habías visto, una historia, una sensación, o incluso un barrio. A pocos metros de la Torre de televisión se encuentra el Nikolaiviertel (Barrio de Nicolás)[1].

Ya conocía este barrio, que junto al Heilige-Geist-Viertel (Barrio del espíritu santo), Marienviertel (Barrio de María) y la Klosterstrasse (Calle del monasterio) es una de las cuatro zonas en las que se divide lo que queda de la ciudad antigua de Berlín. Se han salvado a duras penas entre guerra y guerra. Pero fue ayer que dediqué el tiempo necesario para verlo a fondo.

Nikolaiviertel

Para resumir la historia del Nikolaiviertel en cuatro líneas hay que decir que es la zona residencial más antigua de la capital. Fue destruido casi por completo durante la Segunda Guerra Mundial y reconstruido en los últimos años de la RDA entre 1980 y 1987 con motivo del 750 aniversario de la ciudad. Alrededor de la reconstruida iglesia de Nikolai se creó un conjunto de casas históricas y edificios prefabricados adaptados en una planta casi medieval.

Y este es el punto que me interesa destacar. El Nikolaiviertel usó extensivamente el prefabricado. Si algo meritorio dejó la RDA a la historia de la arquitectura es el desarrollo y perfección de la construcción prefabricada. En este barrio no solo se usó para levantar edificios que se adaptaran a la tipología de la ciudad antigua y rescataran el ambiente de sus calles y plazas. Aquí fueron más allá al crear bajorrelieves, pérgolas, gárgolas y mobiliario urbano casi exclusivo de la época medieval.

Esta influencia de la RDA ha permanecido hasta nuestros días.

Es indiscutible que el Nikolaiviertel se integra perfectamente a la historia de la ciudad sin dejar de ser moderno. Lo cual es el paradigma de todo arquitecto que tiene la oportunidad de hacer tales obras.

Desde el punto de vista político social ya es otra cosa. Dada su posición a la sombra de la torre de televisión y vecino del antiguo Palacio de la República; el nivel de detalle, mobiliario y cuidado en su diseño es muy superior al de las zonas más alejadas de la vista de los turistas y sobre todo de los cuadros del Partido para quienes además estaban reservadas tales viviendas.

Desgraciadamente el Nikolaiviertel fue la excepción, no la regla de la construcción de viviendas en la RDA, una sociedad donde todos eran iguales, pero unos más iguales que otros.