Ola de Covid: se reanuda la fiesta

Ola de Covid: se reanuda la fiesta

Europa sigue tratando de reducir los efectos de la enésima ola de Covid como puede. Pero no lo consigue. Es verdad que muere muchísima menos gente que hace un año, pero las olas llegan y se van cuando el virus lo determina y no cuando queremos. Ahora mismo, por ejemplo, el bicho parece estar satisfecho en Alemania y ha comenzado una lenta retirada en este país. Hasta que vuelva a sentir hambre y regrese con una variante nueva y ponga esto nuevamente patas arriba.

Entre ola y ola de Covid el país sigue rompiendo récords en velocidad de vacunación diarias, la televisión no para de alertar que esto va para largo y las sesiones en el parlamento hacen pausa solo para ir al baño.

Ya lo sabemos, las vacunas evitan que muera mucha gente, pero no que se contagien. Ahora se contagian mucho más. Muchísima más gente sufre el virus como “un catarro”. Muchísima más gente que tiene que ir al médico, hacerse pruebas, permanecer un par de días quizás en el hospital. Y eso es un problema logístico de dimensiones que no se puede permitir la economía de ningún país.

Claro que podemos ser optimistas hasta cierto punto. Que la gente no muera es un gran paso de avance. Hasta hace cosa de 100 años, la lucha contra las pandemias se reducía a encerrarse en casa y rezar varios padres nuestros. Pero no hay que dejarse llevar por el optimismo, el virus nos lleva aún la delantera y nosotros reaccionamos. No hay que olvidar que esta es la primera vez en la historia que la humanidad lucha contra un virus de manera activa.

Aún sin cerrar el capítulo Delta, apareció ahora: Ómicron. Si resulta que esta variante es varias veces más contagiosa que la anterior, lo que va a morir es el sistema de salud.

Leo a diario la prensa de varios países y nadie, absolutamente nadie se atreve a predecir cómo ni cuándo acabará esta pelea. A excepción claro, de la prensa cubana.

Tras la ola de Covid del verano, recorre la isla otra ola de “patriotismo de salud”. Si te guías por los periodistas criollos, los científicos cubanos ya están preparando la vacuna contra Ómicron y todas las variantes que restan hasta el final del alfabeto griego.

Por su parte los políticos se felicitan y se dan palmaditas en la espalda por lo bien que controlaron la ya pasada pandemia. Ellos decidieron ya que la pandemia se acabó y punto. Porque en Cuba nadie mira a Europa y sus nuevas olas. Si lo hicieran verían países con economías y sistemas de salud infinitamente más fuertes agonizando ante este virus.

Y si fueran responsables aprovecharían esta tregua entre olas para prepararse contra el siguiente ataque. Lejos de eso, siguen llegando barcos llenos de autos para el turismo, pero ninguno con ambulancias. No han puesto una sola puntilla en los maltrechos hospitales, el paracetamol y la carne de puerco siguen perdidos, las fronteras están abiertas y los turistas europeos siguen cayendo.

Mis parientes me repiten en el chat “Ya estamos vacunados” y le suben el volumen a la música: “¡que venga la fiera que la estoy esperando!”.

Era solo cuestión de tiempo. Se reanuda la fiesta.

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Categoría: Blog, Covid-19, Cuba