Desde mi Balcón: Constitución cubana
De lo general a lo particular, decían los profesores en la Universidad. Antes de ponerme a analizar punto por punto, artículo por artículo, hablemos en términos generales de la Constitución cubana vigente. Hablemos del Big Picture
La Constitución cubana aprobada en 2019 es legal, pero no es moralmente injusta y por tanto debe ser derogada
Uno de los principales problemas de la sociedad cubana actual es la disparidad entre lo legal y lo justo. Ejemplos hay miles. Yo por ejemplo trabajé en Cuba durante años para una empresa extranjera que acordaba con el estado un pago en moneda dura y este me pagaba una miseria en la moneda devaluada cubana. Esta práctica de alquilar humanos como si de ropa se tratase es legal en Cuba, pero no es justa.
Cada cubano podría poner miles de ejemplos hasta llegar al infinito, lo cual deja claro que el país anda muy mal en materia de derechos. Digo derechos y no «Derecho» pues no soy magistrado. Todas mis elucubraciones están basadas en la gran suerte de haber vivido en varias de las democracias más sólidas y exitosas del planeta. De ahí que sencillamente por comparación me atrevo a decir lo siguiente:
Muchas veces, quienes defienden esta Constitución se esgrime el siguiente argumento: Fue aprobada por la mayoría, fue aprobada por el 86,8% de los cubanos con derecho al voto.
Pero esta afirmación que podría parecer muz categórica para quienes nada tienen que ver con Cuba, hace aguas cuando se pone bajo la lupa nacional.
Primero que todo habría que preguntar: ¿Qué estaban votando los cubanos en 2019?
Loc ubanos que votaron en 2019 tenían dos opcioones en la boleta:
SÍ: Adoptamos una nueva constitución socialista.
No: No adoptamos la nueva constitución socialista.
De haber ganado el NO la nueva Constitución no se habría aprobado, pero esto no significa que el país quedase sin Carta Magna sino que seguiría vigente la VIEJA Constitución socialista de 1976. Dicho de manera rápida, se estaba eligiendo entre Socialismo y Socialismo. No era un cambio estructural, la votación en sí, solo dejaba a los cubanos la posibilidad de cambiar el método en el que se administraría la vieja factoría. Pero seguiría siendo la vieja factoría que hoy los agobia. Lo que no dicen esos números ni la prensa oficial, ni los entusiastas de esta constitución es que los cubanos con derecho al voto en 2019 escogieron de los males, el menor.
Hago hincapié en la frase «cubanos con derecho al voto» pues esta es otra de las cortinas de humo que han ayudado durante mucho tiempo a encubrir la falsedad del sistema legal cubano.
¿Quién tienen derecho al voto en Cuba?
La ley electoral vigente estipula lo siguiente:
CAPÍTULO II
DE LOS REQUISITOS PARA EJERCER EL DERECHO A VOTAR Y DE LOS DEBERES DEL ELECTOR
SECCIÓN PRIMERA
DE LOS REQUISITOS PARA EJERCER EL DERECHO A VOTAR
ARTÍCULO 4.– Todo ciudadano cubano para ejercer el derecho al voto, debe cumplir los siguientes requisitos:
a) haber cumplido dieciséis años de edad;
b) estar inscripto en el registro de electores del Municipio y en el listado correspondiente a la circunscripción del lugar donde reside, a excepción de los incluidos en el listado de una circunscripción especial.
ARTÍCULO 5.– El trámite de inscripción en el listado de electores del Colegio Electoral o en el registro de electores que confecciona la Comisión Electoral Municipal, se hace previa presentación del Carné de Identidad o el documento de identidad de los Institutos Armados.
ARTÍCULO 6.- Para el ejercicio del derecho al voto es necesaria la presentación del Carné de Identidad o el documento de identidad de los Institutos Armados, en el Colegio Electoral.
ARTÍCULO 7.– Están excluidos del ejercicio del derecho al voto y a ser elegidos, las siguientes personas:
a) los incapacitados mentales, previa declaración judicial de incapacidad;
b) los inhabilitados judicialmente por causa de delito, bien se encuentren recluidos en centros penitenciarios o en sus domicilios, en libertad condicional o gozando de pase;
c) los que se les ha impuesto sanción de privación de derechos públicos a partir del cumplimiento de su sanción de privación de libertad.
Hablemos de los siniestros sustantivos: «pre-delincuente» y peligrosidad que permiten, según las leyes cubanas investigar, procesar o simplemente sacar de circulación a todos aquellos que según el gobierno cubano tengan «propensión al delito», antes de haber cometido delito alguno. En un país donde disentir es pecado y airear ideas opositoras es delito, es fácil y legal para el gobierno llevar a la cárcel o simplemente someter a proceso judicial a las personas incómodas.
Todos hemos visto en días pasados hemos visto los numerosos arresto domiciliarios y no tanto de numerosas personas opositoras. Bajo esta condición estas personas no tienen derecho al voto. El juego es simple, si antes de la votación usted encarcela o al menos somete aun proceso judicial a los disidentes, está mutilando su derecho al voto o lo que es lo mismo, está bajando el número de personas que sabe que van a votar NO.
Los cubanos en el extranjero y la Constitución cubana
Otra maniobra que oculta esta ley es la condición de que para votar el ciudadano cubano tiene que estar inscripto en un colegio electoral. Basta con no tener un lugar donde realizar el voto y ya usted pierde el derecho a participar en las elecciones. ¿A dónde quiero llegar con esto? ¿Acaso no somos ciudadanos cubanos los más de 2 millones de cubanos que viven en el extranjero? Desde cualquier punto de vista (legal, humano, moral) seguimos siendo ciudadanos cubanos. Por tanto es una gran omisión el hecho de no poder ejercer el derecho al voto.
Alguien podría poner en dudas la posibilidad de votar a personas que están regadas por todo el planeta, pero esto es algo tan sencillo que muchísimos países han implementado en sus embajadas y consulados. He visto en la prensa alemana anuncio escuetos que invitan a ciudadanos de este o aquel país a acercarse a la embajada o consulado para emitir su derecho al voto. Probablemente casi cada cubano en el extranjero hemos visto esta práctica sin embargo esta práctica no está entre las funciones de las sedes diplomáticas cubanas en el extranjero.
Y no será porque no se haya pedido/luchado por ejercer nuestro derecho al voto por una Constitución cubana. Me consta que desde hace años, incluso durante la realización de ese referendo, muchas voces se alzaron para pedir esta corrección. Incluida la mía pero siempre a primado el concepto de «Si te fuiste, perdiste». «Si te fuiste para qué quieres votar aquí, has tu vida».
Desde el punto de vista legal somos cubanos, pero hablemos desde el punto de vista de la decencia más elemental. Con el aumento año tras año del número de emigrados, el volumen de las remesas ha ido en ascenso. Lo mismo ha pasado con la cantidad de mercancías y dinero en efectivo en mano a través de quienes visitan la isla. Una búsqueda rápida en Internet (la oficina nacional de estadísticas no muestra este dato) arroja un volumen de dinero que sobrepasa los 3600 millones de dólares anuales, un volumen importante de dinero para el país.
El turismo es una de las columnas económicas que sustentan la isla. Si miramos la siguiente tabla de la oficina nacional de estadísticas, los cubanos en el extranjero son uno de los grupos más numerosos y probablemente de los que más dinero dejan.
Dicho en otras palabras. Si los cubanos en el extranjero no existieran, la economía de la isla se resentiría incluso más de lo que está hoy. ¿Cómo es posible que el grupo más fuerte económicamente de un país no tenga derecho al voto?
No puede ético, no es justo que el gobierno cubano vea en los cubanos en el extranjero solo una billetera abierta de la que echar mano constantemente para sufragar gastos y apuntalar el país. Es una deuda moral de ese país con sus habitantes fuera de la isla. Es lógico y de esperar que el país nos de también el derecho al voto y en esas circunstancias ya ese ochenta y seis porciento de aprobación queda en entre dicho. Visto las manifestaciones en los últimos días en contra del gobierno cubano en más de 40 ciudades en el mundo, es de esperar que el resultado de unos comicios transparentes.
Cuba necesita un referendo donde realmente se decida el futuro del país, sin imposiciones de un grupo de personas, donde no se persiga a los opositores y donde además se permita la votación de todos los cubanos, sin importar su país de residencia.
Un referendo bajo tales condiciones echaría por tierra la afirmación de que la Constitución cubana de 2019 ha sido aprobada por la mayoría.