Internationales Congress Centrum

Casi veinte años me he movido por esta ciudad. Veinte años corriendo de aquí para allá, sin detenerme más que para cambiar de autobús y seguir de largo. Por eso el 2020 pasará a la historia de mi vida como el año en que realmente conocí Berlín.

Hoy por ejemplo, miré por la ventana, vi el cielo azul y no lo pensé dos veces. Nadie sabe cuánto tiempo nos queda hasta que el sol se despida definitivamente de esta ciudad por este año. Así que tomé mi bicicleta y comencé a pedalear, sin tener claro el rumbo.

Diecisiete kilómetros después, pasaba frente al Centro Internacional de Congresos de Berlín (Internationales Congress Centrum ICC Berlin) o ICC como se le conoce en el país y aquí me detuve.

He pasado mil veces por delante de este edificio. He visitado casi cada año alguna que otra feria en las instalaciones justo frente, cruzando la calle, pero nunca estuve dentro pues a pesar de su imponente fisonomía. Puede que haya edificios más conocidos en esta ciudad. La Torre de Televisión o la Puerta de Brandenburgo por ejemplo están en casi cada foto de la ciudad. Pero porqué este pedazo de edificio se mantiene a la sombra.

De lo poco que sé de él, es que fue construido a finales de la década de los 70 y desde hace años se discute qué hacer con esta edificación que permanece casi sin uso. ¿La causa? Las recaudaciones por espectáculos, no cubren los enormes gastos de explotación de semejante monstruo.

Desde el 2015 fue incluso centro para acoger a refugiados Sirios; por espacio de varios meses. Su demolición ha estado sobre la mesa, pero nuevamente, el costo es tan grande que la ciudad no puede permitírselo.

Por suerte para él, el año pasado fue declarado Patrimonio cultural y eso lo ha salvado. Al menos por el momento, pues si no se acometen trabajos de mantenimiento podrá correr la misma suerte que el Palacio de los congresos de la RDA. Tal palacio fue dejado al abandono, hasta que fue imposible recuperarlo y finalmente fue demolido. Una treta organizada por los defensores de construir nuevamente el palacio que estuvo en ese mismo lugar antes, perteneciente a un Kaiser de cuyo nombre ahora no puedo acordarme. Como si palacios no se sobraran ya en Berlín

Pero esa es otra historia, que quizás traiga aquí en fotos.